martes, 26 de septiembre de 2017

REPÚBLICA FEDERAL Y SOLIDARIA


Frente a la pinza entre nacionalismos, un pacto nacional y de clase

No iré a votar, porque no quiero caer en el juego de la confrontación. Votar es dar legitimidad a la consulta, se vote lo que se vote.

La aprobación de la ley del referéndum y la de la transitoriedad hacia la Republica catalana independiente se aprobaron en el Parlament saltándose también la legalidad del Estatuto de Autonomía tal como lo expresó Joan Coscubiela en el pleno. Queda sustituido el Estatut de Autonomia por una ley aprobada en el Parlament saltándose el quórum mínimo de 90 diputados (dos tercios). Otro tanto la ley de referéndum tramitada sin querer oír los informes de los letrados del Parlament advirtiendo de la irregularidad. Estas aprobaciones exprés han afectado al bloque independentista restándole apoyos. Vale la pena recordar que la mayoría parlamentaria no se corresponde con una mayoría electoral, que los votos metropolitanos en algunos casos valen la mitad de las otras circunscripciones gracias a una ley electoral no proporcional.

Pero estas actuaciones y su desprestigio han quedado tapadas por la actuación del gobierno del PP, utilizando la ley para impedir el referéndum y escondiendo su responsabilidad en no abrir ni una vía de dialogo y negociación y cayendo en la provocación del bloque independentista, que ha visto favorecida su causa al situarse el debate entre represión y democracia en lugar de independencia sí o no.

Todavía a fecha de hoy 18 de setiembre no sabemos cómo se nos presentara el 1-O. El president y vicepresident de la Generalitat enviaron una carta a todas las alcaldías de Catalunya, dando por supuesto que se dispondría de los locales habituales para el referéndum y lo que ha ocurrido es que 700 alcaldes que han puesto locales municipales para el referéndum están imputados y pueden acabar procesados. Por cierto que quedan en el aire en muchos casos los lugares de votación, y de los censos, mesas electorales, papeletas, lo que se sabe es por la prensa.

Está claro que a mayor reacción del PP más oxígeno al independentismo y a los que defienden participar el 1-O como un acto de confrontación con el gobierno del PP. Y por tanto es bastante probable que el nivel de confrontación aumente más todavía hasta límites difícilmente soportables, vista las actuaciones que están llegando hasta la suspensión cautelar de actos de debate sobre la situación en Catalunya, además de requisar papeletas y propaganda electoral.

La pinza de nacionalismos

Hay una pinza entre independentistas (PDCAT antes CDC, ERC, CUP) y los inmovilistas (PP, C’S) que nos tiene atrapados a los que no que nos identificamos con ninguno de los dos, y que por cierto podemos ser la mayoría en otro referéndum, el día que se celebre una referéndum con plenas garantías democráticas.

El 1-O, si llegan a ponerse las urnas, no será un referéndum con garantías democráticas. La mayoría no se sentirá interpelada, no habrá reconocimiento internacional, no se cumplen las condiciones de la Comisión de Venecia, órgano consultivo del Consejo de Europa. Está claro que pase lo que pase el día 1-O no se solucionará nada, pero seguirá la confrontación.

El día 1-O igual que muchísimas personas no iré a votar, porque no quiero caer en el juego de la confrontación. Votar es dar legitimidad a la consulta, se vote lo que se vote.

Pero llegue a celebrase la consulta o no el objetivo está cumplido, el nivel de confrontación está alto y queda claro que ambas partes de la confrontación ganan. Los independentistas porque en las ya próximas elecciones tendrán movilizado a tope su electorado, igual que por otra parte lo estará, en Cataluña y en el resto de España, el electorado del PP y C’s.

Pacto Nacional por el Referéndum

En esta confrontación hay un peligroso silogismo. Algunos piensan que los enemigos de los independentistas, el PP y C’S, son sus amigos o sus aliados, por aquello de que los enemigos de mis enemigos son mis amigos. No es cierto, se ve claro a poco que se profundice. El gobierno catalán de convergentes y ERC con el apoyo de la CUP recorta tanto o más que el gobierno del PP apoyado por C’s. Recortes en sanidad, educación pública, ayudas sociales. Que pese al izquierdismo en Madrid de ERC, están gobernado Catalunya con una derecha tan corrupta como el PP. Que históricamente el nacionalismo catalán ha votado a favor de las reformas laborales, de las reformas de las pensiones, de una fiscalidad insuficiente para mantener el estado social, y que ambos (PP y CDC) compiten para ser el partido más corrupto de Europa.

El modelo social de ambos gobiernos es el mismo: precariedad en la vida y en el trabajo, bajos salarios, exclusión, desigualdad, inseguridad, represión, el mantenimiento cueste lo que cueste del modelo de explotación de la gente trabajadora y de la mayoría del pueblo a beneficio de unas minorías privilegiadas, blindadas en el poder económico, mediático y político. Toda la confrontación se reduce a la cuestión nacional, ni una sola confrontación para defender derechos y condiciones de vida de las gentes de Catalunya.

La iniciativa del grupo parlamentario de Unidos Podemos, las Mareas, En Comu Podem, de promover un amplio encuentro de representantes institucionales merece todo el apoyo. Evitar la escalada de confrontación y abrir una brecha para un nuevo escenario en Catalunya y España para salir de la pinza entre los nacionalismos. Echar al gobierno del PP es una cuestión de higiene democrática. También lo es que en Catalunya se pueda expresar una mayoría con un gobierno de izquierdas. Matemáticamente es posible hacerlo en las cortes y no imposible en el Parlament, solo hay que desplazar el eje del debate de lo identitario al eje social, a la realidad en la que hoy malviven millones de personas en Catalunya y en el resto de España.

Es una oportunidad que nos merecemos los que no queremos ser prisioneros de la pinza entre nacionalismos catalán y español por más tiempo. Será la hora de visualizar que más allá de retórica de confrontación hay alternativas.

El Pacto Nacional por el Referéndum, suscrito por centenares de entidades catalanes, pero también por IU, PCE, Podemos, entre otros, es un elemento esencial para salir de la pinza. Un referéndum pactado, con plenas garantías, que interpele a la mayoría, que tenga reconocimiento internacional es una asignatura pendiente. Pero a estas alturas con eso no es suficiente, cuando la recuperación hace aumentar los beneficios y los salarios siguen desplomados gracias a las reformas laborales, gracias al paro y la precariedad. Se necesita, en Cataluña y en España, un pacto nacional y de clase, con sindicatos, organizaciones sociales y partidos políticos que aporte soluciones para mejorar las condiciones de vida y de trabajo de millones de personas, en Catalunya y en el conjunto de España.

Un pacto que tenga correspondencia en Cataluña y en España, que se apoye en una mayoría que debe desalojar al PP del gobierno de España y avanzar a un nuevo escenario que permita resolver los problemas laborales, sociales y políticos que hoy provocan las políticas de austeridad del gobierno catalán y del gobierno español.

Para nosotros este debería ser un proceso constituyente hacia la III República Federal, plurinacional, pluricultural, plurilingüística y que dé garantías constitucionales plenas del derecho al trabajo, a un salario digno, a la vivienda, a la educación, la sanidad, las pensiones, la dependencia, la igualdad y el respeto y protección de todos los derechos humanos.

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