domingo, 20 de diciembre de 2015

Sin paz con la Tierra, no habrá paz sobre la Tierra

Primeros ecos luego de la COP-21 en Paris

Resulta evidente que la Humanidad atraviesa un momento complejo. Como nunca antes en su historia su existencia está globalmente amenazada. No se trata ya de enfrentar problemas aislados de sequías o de inundaciones, por ejemplo. Ahora los problemas socio-ambientales provocados por el ser humano, (des)organizado en la civilización capitalista, plantean retos globales. Todo indica que estamos cerca de llegar a un punto sin retorno (o que quizás ya lo estamos superando…). Frente estas realidades y amenazas se elevan muchas voces de angustia y también propuestas de acción. A primera vista parecería que hay una coincidencia de que se tiene que hacer algo. Al menos en el discurso, se acepta la necesidad de replantear las lógicas de producción y de consumo de la sociedad moderna para transitar por otros caminos con una relación más armónica con la Naturaleza. Esa aceptación, sin embargo, no se ha traducido en logros concretos. Hasta ahora. Recordemos que los esfuerzos desplegados desde la aprobación del Convenio de Kioto en 1997 no se han cristalizado en resultados concretos. Más aún, el fracaso de la COP 15, realizada en el año 2009, en Copenhague, sentó un duro precedente. La desazón y desesperanza coparon el ámbito de acción en Naciones Unidas. Y desde esa perspectiva, cuando era poco lo que se esperaba, emerge como un logro el acuerdo global conseguido en la COP 21 en Paris, en diciembre del 2015. En esa ciudad, sacudida poco antes por un brutal atentado terrorista, 95 países miembros de la Convención de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático más la Unión Europea, a la que se considera un estado más, alcanzaron un acuerdo contra el calentamiento global que implica a la práctica totalidad del planeta. Sin embargo, como una primera gran conclusión podemos determinar que, si bien lo logrado es significativo comparado con los fracasos anteriores, resulta muy poco o definitivamente nada con lo que este reto global demanda. 

Para dudar de los aplaudidos alcances conseguido en Paris, cabría preguntarnos, como lo hace Gerardo Honty, por qué “muy distintos actores, desde los grandes exportadores de petróleo a las corporaciones globales, todos ellos, terminaron aplaudiendo el acuerdo parisino. Si esos actores celebran el convenio, es que sin duda no se están poniendo límites a la civilización petrolera”. Igual cosa podríamos plantear desde la aceptación de los países exportadores de petróleo o desde de sus mayores consumidores, como China y Estados Unidos, que también se hallan en el coro de aplaudidores. Veamos unos cuantos aspectos relevantes. Este Acuerdo, mundialmente aplaudido –sobre todo por los grupos de poder político y económico- presenta muchas falencias y debilidades, a más de marginaciones imperdonables. Noemí Klein pronto detectó que no aparecen siquiera nombrados conceptos clave como “combustibles fósiles”, “petróleo” y “carbón” y que la fenomenal deuda climática del norte hacia el sur brilla por su ausencia. En el Acuerdo se han suprimido las referencias a los Derechos Humanos y de las poblaciones indígenas, referencias transladadas al preámbulo. Además, pasará un tiempo para que este Acuerdo entre en vigor: las distintas partes tienen plazo entre abril del 2016 y mayo del 2017 para ratificar el Acuerdo, que entraría en vigor en el año 2020. 

Y una primera revisión de resultados sería en el año 2023. Los debates no abordaron a fondo los puntos sensibles, en tanto los negociadores se esmeraron en evitar los verdaderos problemas y menos aún proponer las verdaderas soluciones. Los países poderosos y las transnacionales consiguieron que ningún documento o decisión afecte sus intereses y se convierta en un obstáculo en la lógica de acumulación del capital. No se cuestionó para nada la perversidad del crecimiento ilimitado cuando ya son evidentes y feroces sus consecuencias socio-ambientales sobre la Madre Tierra. No hay compromisos vinculantes de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero; entonces estas emisiones continuarán aumentando. Tampoco se ha reconocido la deuda climática (mejor hablemos de deuda ecológica) que tienen históricamente los países industrializados con el mundo subdesarrollado; más aún, las grandes potencias, Estados Unidos y la Unión Europea, no solo desconocen esa deuda, sino que hacen todo lo posible para no aceptar sus responsabilidades pasadas y actuales en la desaparición de glaciares, la subida del nivel marino y los eventos climáticos extremos. Al no haberse adoptado medidas drásticas que limiten y hasta reduzcan la oferta de combustibles fósiles, así como medidas que paren la deforestación, la temperatura continuará subiendo, contrariamente a lo proclamado en París. A modo de punto relevante, tengamos presente que el objetivo a largo plazo es que la temperatura del planeta no sobrepase los 2 grados de aumento a final de siglo (incluso se aspira a un objetivo más ambicioso de 1,5 grados) Sin embargo, con los compromisos voluntarios de reducción de emisiones de efecto invernadero, que han presentado los diferentes países en Paris, la temperatura llegaría a sobrepasar los 3 grados. Y por cierto, en estas circunstancias, la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera seguirá aumentando. Vistas así las cosas, no todo el contenido del Acuerdo tiene el mismo grado de compromisos. Si los países no están obligados a cumplir los compromisos de reducción de emisiones que han presentado, no habrá sanciones si no cumplen sus ofrecimientos de reducción de emisión, pues quedarán en eso, en simples ofrecimientos. Lo que se espera es que esos ofrecimientos se transformen en compromisos aún más audaces a través de revisiones cada cinco años. El Acuerdo no fija metas claras en lo que al pico de emisiones se refiere. Y tampoco establece medidas a adoptar con el fin de descarbonizar la atmósfera. 

No hay planteamientos concretos tendientes a combatir los subsidios que alientan el uso de los combustibles o para dejar en el subsuelo el 80% de todas las reversas conocidas de dichos combustibles, como recomienda la ciencia e inclusive la Agencia Internacional de la Energía, entidad que de ecologista no tiene un pelo. Si como ya anotamos no se cuestiona “la religión” del crecimiento económico, en ningún punto se pone en entredicho el sistema del comercio mundial, que esconde e incluso fomenta una multiplicidad de causas de los graves problemas socio-ambientales que estamos sufriendo; tanto es así que “el comercio internacional deberá proseguir sin obstáculos, incluso en un planeta muerto”, al decir de Maxime Combes. Sectores altamente contaminantes como la aviación civil y el transporte marítimo, que acumulan cerca del 10 % de las emisiones mundiales quedan exentos de todo compromiso. Tampoco se afectan para nada las sacrosantas leyes del mercado financiero internacional que, sobre todo vía especulación, constituye un motor de aceleración inmisericorde de todos los flujos económicos más allá de la capacidad de resistencia y de resilencia de la Tierra. Y no hay compromisos orientados a facilitar la transferencia de tecnologías destinadas a facilitar la mitigación y la adaptación a los cambios climáticos en beneficio de los países empobrecidos. 

Así las cosas, con este tan promocionado Acuerdo se abren aún más las puertas para impulsar las que se conocen como falsas soluciones en el marco de la “economía verde”, que se sustenta en la continuada e incluso ampliada mercantilización de la Naturaleza. Así, con el fin de lograr un equilibrio de las emisiones antropogénicas, los países podrán compensar sus emisiones a través de mecanismos de mercado que involucren a bosques u océanos; o alentando la geoingeniería, los métodos de captura y almacenaje de carbono, entre otros. Para financiar todos estos esfuerzos se establece un fondo de 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020. Esa cantidad, con seguridad menor a la que han recibido los bancos en sus crisis recientes y que no constan en el Acuerdo, podría ser ampliada en 2025; además, este fondo carece de previsbilidad y transparencia. Por cierto el rigor de los compromisos cambia dependiendo de la situación de los países: desarrollados, emergente y “en vías de desarrollo”: eufemismo con el que se conoce a los países empobrecidos por el propio sistema capitalista y su inviable propuesta de desarrollo. Este Acuerdo, en palabras de Silvia Ribeiro, entonces, “se decanta por las opciones más conservadoras y menos ambiciosas” que fueron propuestas durante las negociaciones. De lo expuesto, que deberá ser complementado y profundizado con análisis aún más detenidos y pormenorizados, es fácil concluir que los problemas socio-ambientales globales luego de la COP-21 no encontrarán una solución de fondo. Y así continuará la guerra en contra de la Tierra, causa directa de la ausencia de Paz entre los seres humanos.

La Paz con la Tierra como mandato para la Paz sobre la Tierra 

Aceptémoslo, los seres humanos para lograr que la Paz reine en la Tierra debemos empezar por hacer la Paz con la Tierra. Para conseguir ese vital objetivo, los seres humanos podemos y debemos convivir armónicamente con la Naturaleza, con sus plantas, con sus animales, con sus ríos y sus lagunas, con sus mares y sus manglares, con sus montañas y sus valles, con su aire, con sus suelos y con todos aquellos elementos y espíritus que hacen la vida posible y digna. Eso demanda un mundo en donde no sea posible la mercantilización depredadora de la Naturaleza, en la que el ser humano sea una parte más de ella y no un factor de destrucción. Y en donde, esto también es fundamental, se asegure la vida digna para todos los seres humanos. Las guerras y el uso del terror, independientemente de los argumentos que las invoquen, tanto como las agresiones a la Naturaleza, destruyen las condiciones de vida digna en el planeta. Para poder celebrar a diario la enorme riqueza de la vida en todos los rincones de la Tierra, así como su gran diversidad biológica y cultural, requerimos construir comunidades democráticas y libres. Y así, conscientes de este mandato, retornemos a Paris. Más allá del mensaje que se puede obtener de la COP 21, es preciso comprender las consignas de guerra desplegadas a raíz de los atentados terroristas del 13 de noviembre pasado, y los redoblados esfuerzos bélicos con que los enfrenta. Las políticas “defensiva” u “ofensiva” para combatir el terror con más terror, a la muerte con más muerte, solo conducen a un permanente adiestramiento para el genocidio, a la normalización de los crímenes de guerra, al crimen selectivo como noticia favorita en los medios de comunicación masiva. Debemos, por tanto oponernos a la institucionalización de cualquier forma de violencia en la vida cotidiana. Y en línea con el pensamiento del Mahatma Gandhi, estamos convencidos que no hay un camino para la Paz, sino que la Paz es el camino. La mejor manera de combatir esas fuerzas aterradoras, empeñadas muchas veces en el control de los combustibles fósiles, como el petróleo en el Oriente Medio, por ejemplo, es recuperando las miradas y cercanías con la Naturaleza. Es decir la capacidad de fascinarnos con la diversidad de las formas de vida existentes en la Tierra; lo que exige el respeto a las diversidades. Y todo esto para sembrar desde lo cotidiano y en todos los rincones de la Tierra, nuestra Madre Tierra o Pachamama, un compromiso de convivencia entre los pueblos entre sí, y de éstos con la Naturaleza. Insistamos, en la tierra no habrá Paz, si no establecemos la Paz con la Naturaleza. La Naturaleza explotada, contaminada, militarizada, es la causa profunda de muchas violencias. Y lo son también las enormes y crecientes brechas entre ricos y pobres en todo el planeta. 

Esta realidad provoca miedo e incertidumbre por el futuro. Desata problemas cada vez más complejos en términos de los cambios climáticos en marcha, que amenazan la vida de los humanos en el planeta. Constituye una manifestación de despojo para la mayoría de habitantes y de acumulación en beneficio de pequeños grupos que han concentrado el poder en base a los extractivismos y la mercantilización de la Tierra. Estas son las verdaderas fuerzas destructoras que impiden las condiciones materiales y existenciales necesarias para la realización de la vida digna para todos los habitantes del planeta. Por ello tiene hoy más sentido que nunca, superando el miedo al terror, enarbolar la bandera de la Paz, y enfrentar las agresiones contra la atmósfera, que provocan el cambio climático; el agronegocio de los organismo genéticamente modificados (los transgénicos) y los agrotóxicos; el desbocado extractivismo en los territorios desde donde se obtiene -con verdaderas amputaciones ecológicas- petróleo, gas o minerales. Y más aún si sabemos que esas agresiones son sostenidas -siempre- con el uso de la fuerza, con la criminalización de los defensores de la vida y en más de una ocasión con operaciones militares. 

El Tribunal de los Derechos de la Naturaleza, respuesta desde la sociedad civil 

En las circunstancias descritas, sobre todo frente a los continuados fracasos de los grupos de poder, que realmente no tienen interés en encontrar las respuestas adecuadas a los problemas provocados por el cambio climático -es decir por ellos mismos-, la sociedad civil propone respuestas y acciones creativas. Es más, la sociedad civil no espera a que den fruto las acciones de los poderosos. La sociedad civil en el Sur y en el Norte se ha puesto en marcha. Resiste y propone. Así, ya desde hace dos años, desde la sociedad civil se construye un espacio para denunciar e incluso sancionar éticamente los crímenes que se cometen en contra de la Tierra y de sus hijos e hijas. Este Tribunal Ético Permanente por Derechos de la Naturaleza, que ha realizado sesiones en Ecuador, Perú, Australia y Estados Unidos, se reunió también en París en forma paralela a la COP 21. En este espacio se analizan y juzgan las agresiones contra la Naturaleza, considerando que ésta es la mayor guerra de agresión y terror es la que se lleva a cabo en el mundo. Quienes conforman este Tribunal Ético Permanente por los Derechos de la Naturaleza, en homenaje a todas las víctimas de toda forma de terror, invitaron a recuperar y a construir los espacios necesarios para propiciar democráticamente una vida en Paz. El desafío es extraordinario. Detener el cambio climático y las agresiones a la Naturaleza excede el marco de las cumbres gubernamentales y requiere del movimiento social global más poderoso de la historia que conecte las distintas luchas de justicia ambientales, económicas, feministas, indígenas, urbanas, obreras. Esto implica coordinar acciones anti-coloniales, anti-racistas, anti-patriarcales y anti-capitalistas, construyendo alternativas civilizatorias. En eso estamos, hacía allá vamos. En suma, la lucha por la Naturaleza y la vida digna de los seres humanos, posible sólo si vivimos en armonía con nuestra Madre Tierra, como expresó el senador argentino Fernando “Pino” Solanas en Paris, en este Tribunal de los Derechos de la Naturaleza, sintetiza “la causa de todas las causas”. 


Alberto Acosta es Economista ecuatoriano y Enrique Viale abogado ambientalista argentino.


jueves, 17 de diciembre de 2015

ONU pide a España una respuesta inmediata en Memoria Histórica ante el “trato inhumano” a víctimas del franquismo

El presidente del Comité de Derechos Humanos pide que el Estado no se ampare en la amnistía


El presidente del Comité de los Derechos Humanos de la ONU, Fabián Omar Salvioli, ha pedido a España que dé “una respuesta inmediata” en materia de Memoria Histórica al considerar que se somete a las víctimas del franquismo a “un trato inhumano y degradante continuo” y no se ampare en la Ley de Amnistía. Además, ha asegurado que hay “una enorme falta de recursos” en la aplicación de la Ley Integral contra la Violencia de Género, aunque la norma “no está mal”.
Salvioli ha impartido en Bilbao una conferencia con el título “El Comité de derechos humanos: Control de la aplicación del Pacto Internacional de derechos civiles y políticos. Especial referencia a las reclamaciones contra España”, organizada por el Ararteko y el Colegio de Abogados de Bizkaia.
El presidente del Comité de los Derechos Humanos de la ONU ha recordado que España fue examinada en julio de este año. Según ha explicado, el Estado argumentó que, “al no haber una Ley que establezca que hay que aplicar las decisiones de los órganos internacionales, no se pueden aplicar”. “Es un gran error decir eso porque viene la pregunta inmediata. ¿Y, si usted es el Gobierno, por qué no propone la Ley?”, ha preguntado.
Fabián Omar Salvioli ha destacado que el comité señaló a España “cuestiones relativas a la preocupación por el tema de la Memoria Histórica” porque “no puede ser que no se avance en ese sentido”. “No puede ser que no se avance en procesos de memoria, de verdad, de justicia y de reparación a las víctimas de violaciones de derechos humanos cometidas durante la dictadura de Franco”, ha añadido.
Además, ha destacado “la necesidad de dar respuesta inmediata a esta problemática” y ha asegurado que el Estado no puede insistir con la aplicación de la Ley de Ammistía porque es inconvencional”. “Esto es, no pasa un análisis de convencional porque es incompatible con el Pacto de Derechos Civiles y Políticos”, ha aseverado.
Tras recordar que los familiares de las víctimas del franquismo “son ya personas muy ancianas”, ha destacado que ése “es otro problema”. “A mi juicio, es un trato inhumano y degradante continuo para esas personas no dar respuesta”, ha manifestado.
VIOLENCIA DOMÉSTICA
Salvioli ha subrayado que la Ley Integral contra la Violencia de Género de España “no está mal, pero hay una enorme falta de recursos para su aplicación”.
A su juicio, “genera un gran problema y las estadísticas muestran que hay numerosos casos de violencia doméstica a los que no se les da necesariamente el abordaje que debe dársele”. En este sentido, ha subrayado que “se ha hecho algún progreso, pero aún subsiste mucha preocupación en ese sentido”.
“TORTURAS Y MALOS TRATOS”
El presidente del Comité de los Derechos Humanos de la ONU también ha destacado que se observó en el Estado español “una falta de investigación debida” de las denuncias de torturas y malos tratos, además de la carencia de “una normativa adecuada para hacer frente a estos hechos”.
También considera que se ha condenado en España “muy poco” por estos hechos, “y de lo poco que se ha condenado, se ha indultado”, lo que “marca una preocupación fuerte en relación a la impunidad y a un clima que favorece la comisión de hechos parecidos en el futuro”. “Viola el derecho y el deber de garantía de no repetición que tiene el Estado”, ha puntualizado.
TODOS LOS PODERES
Además, ha recordado que la responsabilidad de proteger derechos humanos no es solo del poder ejecutivo”. “Es de absolutamente todos los órganos del Estado. El poder legislativo puede, por acción o por omisión, generarle responsabilidad al Estado y el Poder Judicial igualmente”, ha apuntado.
Fabián Omar Salvioli ha dicho que “basta de si el derecho internacional prelavece sobre el derecho interno o no”. “Cuando un Estado incumple una obligación internacional, hay un órgano internacional que condena al Estado”, ha subrayado.
En esta línea, ha calificado de “pavadas” los argumentos de aquellos que, desde el Derecho, afirman que, “en realidad no hay que aplicar el derecho internacional y no hay que hacer control de convencionalidad porque no les toca a jueces de planos inferiores, sino sólo al Tribunal Supremo”. “Lo único que están haciendo es condenar al Estado a que sea condenado internacionalmente”, ha advertido.
Por ello, ha afirmado que un juez de Primera Instancia, a nivel nacional o local, “tiene la obligación de no generarle responsabilidad internacional al Estado”. “Es lo que hay que hacer porque, cuando un caso llega al plano internacional, es porque el Poder Judicial no hizo lo que tenía que hacer. Porque, para que llegue un caso al plano internacional, hay que agotar los recursos internos”, ha apuntado.
En su opinión, “ésta es una fuerte deficiencia de las facultades de Derecho” y genera que lleguen a la Judicatura “personas que terminan sirviendo en bandeja la condena al Estado en el plano internacional”. “El Derecho Internacional de los Derechos Humanos llegó para quedarse y para profundizar en él”, ha aseverado.
CASOS INDIVIDUALES
Fabián Omar Salvioli ha destacado que han tenido numerosos casos sobre la falta de doble instancia en materia penal, aunque ahora el Estado español ha abordado una normativa que “parece que viene a intentar subsanar esta problemática”.
Además, ha comentado tres asuntos concretos, como el caso de una mujer, de nacionalidad norteamericana y descendencia africana, que estaba en una estación de tren y dos policías le pidieron solo a ella que se identificara. Los agentes alegaron que tenían orden de pedirle la identificación “a gente como ella”.
Cuando acudió al Comité, el Estado dijo que el policía no tenía ninguna “orden efectiva” para actuar así. “Pero, cuando dice eso, el Estado no se exime de responsabilidad porque, cuando el Policía dice eso, compromete la responsabilidad del Estado”, ha indicado.
Según ha asegurado, “no hay que evitar que los estados puedan realizar controles por razones de seguridad”, pero, “de ninguna manera, deben generar estereotipos ni deben ser discriminatorio”. En esta línea, ha advertido de la “estigmatización que se produce sobre una población o un colectivo”.
El segundo caso que ha relatado el caso de María Atxabal Puertas, “sospechosa de vínculos con ETA que fue sometida a torturas psicológicas, que estaban probadas, incluso, por un órgano del Estado”. El asunto había sido presentado ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que lo había desestimado, y el Comité decidió examinarlo y declaró la responsabilidad de España. “Fue un caso de torturas psicológicas claro”, ha insistido.
Las medidas reparadoras que se impusieron a España, según ha explicado, fueron incumplidas “en base a una recomendación de la Defensoría del Pueblo”, algo que ha calificado de “surrealista”. “Es inconcebible que una Defensoría el Pueblo recomienda no cumplir con una decisión de órganos de Derechos Humanos”, ha asegurado.
También ha narrado el caso de Alí Arras, ciudadano marroquí sobre el que había sospechas de hechos de terrorismo en Marruecos, que fue reclamado para ser extraditado a su país, y pese a que el comité ordenó a España que no le entregara ante el riesgo de torturas, el Estado español le extraditó. “La persona fue torturada salvajemente, quedó ciega en la tortura”, ha indicado. Por ello, condenó a España por incumplir la orden.
Salvioli ha destacado, además, que el derecho penal “no puede ser una venganza”, y ha rechazado que haya justificación alguna para ejercer torturas.
También ha señalado que “las sociedades en las que hay más seguridad no son en las que hay más perros, más rejas, más alarmas y más controles”, sino que “aquéllas en las que la sociedad tiene garantizados sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales”.

martes, 15 de diciembre de 2015

París, un acuerdo decepcionante que desoye a la ciudadanía

Para Ecologistas en Acción el acuerdo alcanzado hoy en la cumbre del clima de París es decepcionante e insuficiente al carecer de herramientas necesarias para luchar con eficacia contra el calentamiento global y al desoír las luchas ciudadanas que ya están haciendo frente al cambio climático. Se ha perdido una oportunidad de reforzar e internacionalizar un cambio de modelo basado en las renovables, que mantenga bajo tierra el 80% de los recursos fósiles, frene la industria extractivista y se ajuste a los límites planetarios. Se ha optado en cambio por consagrar la mercantilización del clima y las "falsas soluciones"
La justicia climática, la descarbonización, la financiación adecuada, los derechos humanos, la perspectiva de género, los refugiados climáticos… son muchos los puntos fundamentales que han quedado fuera del texto final.
Además, se ha optado por la fórmula con menor fuerza legal (acuerdo) para un texto peligrosamente vago y abierto, en el que los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero no son vinculantes. La revisión de los compromisos se hará demasiado tarde, cuando estemos cerca de haber emitido ya una cantidad de gases de efecto invernadero que implicaría superar el límite de 1,5 grados.
La fundamental meta de la descarbonización de nuestras economías ha acabado en una vaga referencia a la necesidad de alcanzar el pico de emisiones "lo antes posible" y de "un equilibrio entre las emisiones antropogénicas y las fuentes y absorciones por sumideros de los gases de efecto invernadero". Es decir, se confía el cumplimiento de los compromisos a la compensación de las emisiones, en vez de a su reducción significativa, por medio de un cambio en la forma de producir y consumir.
El texto no contempla las emisiones generadas por el transporte aéreo y marítimo, abre la puerta a trucos contables en el cálculo de las emisiones y deja sin amparo luchas como la desinversión en combustibles fósiles y el freno del fracking y las arenas bituminosas.
El acuerdo mantiene además los mecanismos de mercantilización del clima inscritos en anteriores tratados, como los mercados de carbono, que favorecen la especulación y la política del talonario frente a los esfuerzos reales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Tampoco hay mecanismos garantistas para la financiación. La provisión de fondos para la adaptación a los países más vulnerables ha quedado relegada a una decisión de la cumbre, no al acuerdo vinculante, lo que posibilita una vuelta atrás en el futuro. Además, gran parte de esta financiación podrá ser usada para impulsar las citadas falsas soluciones, como la geoingeniería o la captura y almacenamiento de carbono, lo que supone una gran traba al desarrollo de las energías renovables.
Los elementos más interesantes figuran sólo en el preámbulo, es decir, en la parte declarativa que carece de fuerza legal. Es el caso de la apelación a "muchos mayores esfuerzos de reducción" de las emisiones. Esto convierte el acuerdo en algo más parecido a una declaración de intenciones que a un texto a la altura del reto que supone el cambio climático, en clara contradicción con el origen de las negociaciones climáticas y el propio sentido de las Naciones Unidas.
Los líderes mundiales han apostado en París por el mismo modelo devorador de recursos que nos ha traído a la situación actual y nos dirige al colapso ambiental. Se muestra una vez más que muchos ciudadanos y ciudadanas tienen claro cuál es el camino a seguir, mientras que estos marcos de negociación desoyen esas voces continuamente y carecen del liderazgo necesario ante el mayor reto del siglo XXI.
No es momento de bajar los brazos ni de caer en el pesimismo en la lucha contra el cambio climático. Para Ecologistas en Acción, lo sucedido en París muestra la necesidad de seguir presionando para que se tomen las medidas necesarias, frente a un acuerdo que nos condena de momento a un aumento de más de tres grados de temperatura. También subraya la importancia del empoderamiento del cambio impulsado por la ciudadanía frente al calentamiento global, con miles de luchas, como las articuladas contra el TTIP, el fracking o la energía nuclear.
Se ha cerrado una ventana, pero la puerta de la ciudadanía, la calle y las luchas cotidianas está más abierta que nunca. Experiencias como la agroecología, la soberanía alimentaria, la movilidad sostenible y la desinversión en combustibles fósiles pondrán en evidencia la falta de ambición de los líderes políticos. Solo un cambio genuino en el modelo de producción y consumo mitigará de forma eficaz el calentamiento global.
 ECOLOGISTAS EN ACCION

sábado, 12 de diciembre de 2015


Que las abejas sigan volando en 2016

Las abejas viven estos días su letargo invernal. Permanecen ajenas a la nube de contaminación que cubre Madrid y a lo que ocurre en la cumbre del clima de París, donde nuestra delegación, con el respaldo de miles de ciudadanos, está exigiendo a los líderes políticos un futuro renovable para frenar el cambio climático. Dan ganas de hibernar como ellas, pero debemos seguir luchando para defender nuestro medio ambiente, aquí y en París. Porque el cambio climático también afecta a las abejas y otros polinizadores.

La otra gran amenaza es la agricultura industrial y el uso masivo de plaguicidas. Sobre cuatro de los más peligrosos sigue pesando una prohibición que debe ser revisada en 2016 por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. Tanto para Greenpeace comopara más de 180.000 personas como tú, que habéis firmado para que se las proteja, el tema parece claro: pedimos que se mantengan las restricciones y se amplíen a otros productos nocivos. Y más con el nuevo informe de la propia Autoridad Europea que ha vuelto a analizar y a confirmar la amenaza que suponen para las abejas.

Sin embargo, la nueva Comisión Europea no parece tan preocupada por el futuro de las abejas como su predecesora. Ya este año ha autorizado un nuevo insecticida al que le fue retirada la autorización de comercialización en EEUU por su peligro potencial para las abejas. También las grandes empresas químicas aguardan y presionan para que se deroguen estas prohibiciones.

Pero tenemos motivos para la esperanza. Además de contar con vuestro apoyo, que nos permite seguir adelante, este año también los apicultores han querido reconocer nuestra labor en la defensa de este insecto, concediéndonos la “Abeja de oro”. ¡Gracias!

Por todo ello, 2016 será fundamental y debemos lograr que tanto la Comisión Europea como el nuevo Gobierno español sientan la presión de cientos de miles de personas, preocupadas por nuestro entorno, por las abejas y por la fundamental labor que desempeñan. Tenemos que estar ahí, para seguir celebrando victorias y para poder disfrutar, la próxima primavera, viendo volar a las abejas.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Izquierda Unida en la Diputación de Cuenca muestra sus dudas por los pagos que se efectuaron en el mantenimiento de carreteras
Ayer por la mañana se celebró el Pleno ordinario de la Diputación Provincial de Cuenca, en el que se vieron tanto los puntos provenientes de las Comisiones Informativas como mociones ruegos y preguntas. En primer lugar se leyó un manifiesto condenando de manera unánime la violencia de género coincidiendo con la celebración del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Para Izquierda Unida, uno de los puntos más polémicos ha sido la propuesta para la cancelación de dos préstamos pedidos por la Diputación Provincial en 2009. Creemos que la cantidad a la que se tiene que hacer frente, 3 millones de euros, es una más de las consecuencias de las políticas de despilfarro que la Diputación Provincial ha mantenido, que no han servido para nada útil, pero sí para hacer clientelismo político.
De los dos préstamos, uno se pidió para financiar un Convenio con la Junta de Comunidades y los respectivos municipios (tres millones de euros): se trataba de construir seis piscinas cubiertas….de las cuales solo se ha construido una. Preguntamos: ¿qué se ha hecho con el dinero restante? ¿Qué se ha financiado con lo que se debía dedicar a las otras cinco? La contestación que hemos obtenido es que no se sabe.
Pero más sorprendente y dudoso todavía es el segundo caso: un préstamo de 2,5 millones de euros solicitado para gastos en dos carreteras. Lo sospechoso del tema es que DESDE 2006 hay ya un contrato con una empresa privada para atender las necesidades de las carreteras provinciales, y que no es precisamente un regalo: ¡más de un millón de euros mensuales!
Para IU existe la seria sospecha de que se haya pagado dos veces por ese servicio, pues si ya existía un contrato no corresponde pagar otra vez por lo mismo. Este tema, en palabras de la portavoz de este grupo político, es demasiado oscuro y levanta serias sospechas sobre para qué se ha externalizado este servicio, a quién ha beneficiado y porqué se ha autorizado. Es la demostración de como las externalizaciones y privatizaciones solo benefician a ciertas empresas a costa del dinero de los contribuyentes.
En otro orden de cosas, se ha aprobado una moción presentada por IU en la que se insta al Gobierno regional a garantizar la continuidad de los servicios sociales municipales, que en estos momentos corren serio peligro de no poder ser prestados por los Ayuntamientos.


sábado, 5 de diciembre de 2015

EN ESTE 6D PLANTEAMOS UN PROCESO CONSTITUYENTE PARA CONSTRUIR LA REPUBLICA FEDERAL Y SOLIDARIA CONSOLIDANDO LOS DERECHOS SOCIALES.

Afrontamos este 6 de diciembre con la evidencia que el llamado Régimen del 78 está agotado, por lo que tras las elecciones del 20 de diciembre se construirá un nuevo marco institucional, la cuestión si este proceso se realiza dentro de los limites que imponga el sistema monárquico o somos capaces de romper estos límites y plantear un proceso Constituyente que suponga una ruptura con la situación económica, social e institucional que ha sustentado al sistema monárquico desde 1978.
Las fuerzas del sistema tratan de institucionalizar las reformas y recortes de derechos y libertades que se han llevado a cabo desde 2010, en el marco de las políticas de austeridad mandatadas por la Troika para la llamada Europa del Euro, a la vez que plantear un nuevo Modelo de Estado, basado en una descentralización que cierre el paso a cualquier posibilidad de ejercer el derecho a la autodeterminación y evitar así cualquier posibilidad de reconocimiento institucional de la realidad plurinacional, multicultural y multilinguistica.
La Constitución Española de 1978 sirvió para el avance de algunos elementos de convivencia importantes pero no era lo que creíamos aunque en las últimas décadas pudiera haberlo parecido a ciertos sectores sociales. La crisis económica global en la que estamos envueltos nos va hecho ver con más claridad que no hay tanta libertad, ni tanta vivienda, ni tantos derechos como la Constitución proclama.
El modelo de Estado y de Gobierno surgido de la llamada Transición está roto y no cabe su Reforma, al contrario, quien hoy defienda una simple reforma constitucional solo busca legitimar el actual régimen: la Constitución de 1978 declara derechos que nadie garantiza (vivienda y trabajo dignos, servicios público de calidad y de acceso universal, redistribución de la riqueza nacional, etc.), y en tiempos difíciles como los actuales hace recaer todo el peso sobre las familias trabajadoras, liquidando la democracia formal en favor (y por manos) de la dictadura de los mercados.
Nos están intentando imponer una segunda transición. Una restauración de un régimen que se ha demostrado agotado e inservible para la mayoría de este País. Por eso en estos momentos reclamamos más que nunca la necesidad de impulsar un proceso constituyente republicano, que ponga los recursos económicos al servicio de la mayoría social.
Desde el PCE hacemos un llamamiento a la sociedad, a sus ciudadanos y ciudadanas, a las fuerzas políticas de la izquierda transformadora, a las fuerzas
sindicales y del movimiento obrero, a los sectores en lucha por sus reivindicaciones, a los movimientos sociales y vecinales, a la intelectualidad y el mundo de la cultura, a los estudiantes, a la juventud. A todos aquellos que desde posiciones de movilización y de regeneraciónn democrática están por la necesidad de una ruptura con el modelo salido de la transición y la apuesta por un nuevo modelo de sociedad que suponga un fin de ciclo de la crisis de un régimen monárquico, bipartidista, neoliberal y corrupto, que tiene serias limitaciones y carencias democráticas en su arquitectura constitucional, además de estar agotado en su funcionamiento y en la capacidad de dar respuesta a las necesidades ciudadanas, incluso por los claros incumplimientos de los aspectos más posibilistas de su Constitución.
Nos encontramos en una situación de excepcionalidad democrática que necesita de soluciones extraordinarias que no pasan sólo por un cambio de gobierno, sino por un nuevo modelo de convivencia que, aquí y ahora, no puede resultar sino de la firme reivindicación por la alternativa republicana, porque desde dentro del actual modelo no hay posibilidad de respuesta y regeneración alguna para crear una sociedad nueva, formada por mujeres y hombres soberanos de su destino, que pueda ofrecer un futuro próximo en mejores condiciones de ser vivido.
Desde el PCE apostamos por una República federal, laica, participativa y solidaria, con claro componente social y con respeto a la identidad de los pueblos y su derecho a decidir.
En este debate situamos nuestra apuesta Republicana que debe ser definida en positivo y en la perspectiva de construir un movimiento republicano amplio que nos permita integrar en la lucha por la IIIª República a amplios sectores de la población, fundamentalmente a los trabajadores y trabajadoras.
El Partido Comunista de España llama a todos/as sus militantes y a todas su organizaciones a estar presente en las movilizaciones que se han convocado en torno al 6 de Diciembre y en Madrid a la Manifestación que tendrá lugar a las 12:00 horas desde Cibeles a Sol. Además el PCE llama a todos y todas sus militantes de todo el Estado a ir preparando las fuerzas de cara a la manifestaciones y actos republicanos a celebrar en el mes de abril y a seguir impulsando la JER como movimiento unitario a favor de la República.